Punta Conejo es un refugio junto al mar que ha crecido orgánicamente con la visión de sus propietarios, concebido como un punto de encuentro para amigos y con posibilidad de expansión.
Ubicada en el punto más alto del terreno, la casa se conecta con el desierto y el mar, generando la sensación de vivir al aire libre. Su diseño adopta formas sencillas y procesos constructivos optimizados para adaptarse a su aislamiento.
El corazón del proyecto es una pérgola abierta, que articula los volúmenes cerrados de habitaciones, sala y cocina. Bungalows sobre pilotis descienden por la montaña, mientras que una casita para el cuidador brinda hogar a una familia local.
El garage funciona como un surf club, inspirado en los chiringuitos de la península ibérica, ofreciendo un espacio para almacenar equipo y disfrutar del mar.
Construida con materiales locales como tierra, madera y aplanados naturales, la casa está diseñada para resistir los fuertes vientos y huracanes, con portadas de madera que permiten cerrarla completamente cuando es necesario.